El aparato digestivo está ya considerado como el "segundo cerebro". El estrés se transforma en muchas personas en problemas digestivos, entre otros, están el dolor abdominal, los calambres y los retortijones.

Las emociones y sentimientos, como puede ser el estrés, tienen un reflejo directo en la salud, incluida la salud del aparato digestivo. Alejandra Vallejo-Nágera, psicóloga responsable del Programa de Reducción del Estrés Digestivo de CMED, explica que el sistema digestivo fabrica neurotransmisores, como los del sistema nervioso central, que son el motor de nuestro estado de ánimo. 

Además, el estrés y la ansiedad son factores desencadenantes de agravamientos y aparición de brotes en patologías gastroenterológicas, como son el Síndrome del Intestino Irritable, la Enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosas. 

Cuando hay una cronificación de estas enfermedades psicológicas, el organismo libera una serie de hormonas, que al mantenerse altas durante periodos largos, pueden acabar alterando la microbiota o flora intestinal, que tiene entre sus principales funciones ayudar a tener un sistema inmune sano y que actúe de manera eficiente.

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