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Desde esta sección podrá visualizar todas las veces que desee los vídeos y colaboraciones televisivas de nuestros profesionales en distintos programas de televisión relacionados con la salud. Todo lo que necesita saber sobre las enfermedades digestivas más habituales, en formato vídeo.
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Cómo tener una micriobiota sana
Una microbiota con desequilibrios puede provocar gases, malas digestiones, desequilibrio en el ritmo intestinal, estreñimiento e, incluso, diarrea. Además, explica el Dr. Gonzalo Guerra, fundador de CMED y de la Clínica Neogenia, tener una microbiota de mala calidad puede provocar aumentos de peso. Los probióticos van a ayudar a tener una microbiota más equilibrada y sana. Se encuentran en los lácteos fermentados (como el yogur o el kéfir), en las verduras fermentadas (col, lombarda, zanahoria, remolacha, coliflor, brócoli, pepinos, judías verdes, etc.). Es fundamental también aportar prebióticos a nuestro organismo, que podemos incorporarlos a nuestra dieta al tomar fibra insoluble (presente en las legumbres y las hortalizas).

Beneficios del aceite de oliva para la salud digestiva
El aceite de oliva es beneficioso para la salud digestiva, lo que incluye la microbiota, consiguiendo que esta sea de mejor calidad. Además, si el aceite de oliva es virgen extra, los beneficios son mayores. El Dr. Gonzalo Guerra, director médico de CMED, explica que su consumo también aporta beneficios al estómago, disminuyendo el riesgo de gastritis; al páncreas, ayudándole a reducir la resistencia a la insulina; también hidrata la mucosa intestinal y favorecer el tránsito; al hígado, favoreciendo el flujo de bilis, disminuyendo los problemas de hígado y de vesícula. Sin embargo, hay que tener cuidado con utilizar aceites refinados y de peor calidad, especialmente si se reutilizan porque quedan partículas de los alimentos fritos que contienen acrilamida, una sustancia que ya se sabe que tienen propiedades cancerígenas.

Como debe ser la alimentación durante el embarazo
Durante el embarazo deben evitarse todas lar carnes crudas por el riesgo de toxoinfecciones. Por ejemplo, el jamón serrano puede contener toxoplasma o listeria. En cuanto a los quesos, el Dr. Eugenio Freire, cirujano digestivo de CMED, explica que son ricos en calcio y vitamina B, ideales para la formación del esqueleto del bebé, pero deben tomarse siempre pasteurizados o cocinados a una temperatura superior a los 60º (a esta temperatura las bacterias se neutralizan), ya que crudos existe riesgo de listeria o brucelosis. El huevo y el pescado también debe estar cocinado. Sin embargo, se deben evitar los peces de gran tamaño por la cantidad de cadmio y mercurio. En cuanto a las frutas y verduras, son fundamentales por la cantidad de vitaminas y minerales que aportan, pero deben consumirse cocinadas o lavarlas adecuadamente si se van a tomar en crudo.

¿Qué es el efecto yoyó?
El efecto yoyó se produce cuando se realiza una dieta muy estricta. Se pierden kilos muy rápidamente, pero el organismo percibe que no se le está proporcionando energía. El Dr. Gonzalo Guerra, director médico y cirujano digestivo de CMED, explica que tras dejar la dieta es cuando el organismo, como mecanismo de defensa, de la orden de comer más y, por tanto, se acumulen más kilos de los que se tenían antes de iniciar la dieta y de manera más rápida. Por este motivo, siempre que se hace dieta debe ser acompañado de un nutricionista ya que también pueden empeorar otras enfermedades asociadas al sobrepeso y obesidad como son la diabetes, la hipertensión o los niveles de colesterol.

Cuál es la función de las vitaminas
Las vitaminas que están presentes en los alimentos son la A, B, C, D, E y la vitamina K. El Dr. Eugenio Freire, cirujano digestivo de CMED, explica que un solo alimento puede contener varias de ellas, como la carne que tiene varias pertenecientes al grupo de la vitamina B y la vitamina K. La vitamina A está presente en todos los frutos con pigmentos rojos y sirve para la visión, mantener los tejidos y su cicatrización. La vitamina C está presente en los cítricos y es un potente antioxidante, que sirve para mantener el colágeno de la piel y mantener el sistema inmune. Los pescados son fuente de vitaminas del grupo B y también vitamina D, imprescindible para fijas el calcio en los huesos.

Beneficios de los alimentos en conserva
Las conservas de verduras, legumbres o pescado son una buena opción para tomar en cualquier ápoca del año, ya que mantienen intactas sus propiedades beneficiosas para el organismo. El Dr. Eugenio Freire, cirujano digestivo de CMED, explica que las conservas de verduras y legumbres, al estar cocidas con agua y con sal conservan tanto la fibra como las vitaminas así como los antioxidantes. Por su parte, las conservas de pescado deben estar conservadas en aceite para conservar los ácidos grasos omega 3, preferiblemente en AOVE, aunque hay que fijarse en la cantidad de sal añadida, ya que pueden llegar a contener más de 5gr, la cantidad de sal recomendada por la OMS para consumir a diario. Los encurtidos también son un buen método de conservar alimentos al conservar tanto la fibra como las vitaminas.

Problemas digestivos habituales por los excesos navideños
En la época navideña se cometen más excesos con la comida que habitualmente. Las comidas y cenas se multiplican, siendo además más abundantes, más grasas y regadas con alcohol. El Dr. Gonzalo Guerra, director médico de CMED, explica que las personas con patologías digestivas previas como gastritis crónicas, enfermedad inflamatoria intestinal o reflujo gastroesofágico pueden tener más dolor y digestiones pesadas.

Comer despacio y menos cantidad es mejor para la salud
Comer deprisa hace que se coma más cantidad y que por tanto aumenten las posibilidades de sobrepeso y de padecer el denominado Síndrome Metabólico. Además, como explica el Dr. Gonzalo Guerra, director del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, también hace que las digestiones sean más pesadas, ya que el proceso digestivo empieza en la boca con la masticación. Por otra parte, comer menos cantidad con mayor calidad nutricional mejora la salud. Es necesario incluir proteína de calidad, como la que tienen las carnes blancas, los pescados (azules y blancos) y las legumbres, así como frutas y verduras, ricas en vitaminas y minerales necesarios para el organismo.

Consejos para tener una buena digestión
Tener buenas digestiones depende en gran parte de la cantidad y el tipo de comida que ingiramos. Para evitar la pesadez, debemos evitar tomar muchos carbohidratos tanto en forma de pan como en forma de dulce, que solemos tomar para el postre, debido a que el azúcar o el chocolate son difíciles de digerir además de poder alterar la flora intestinal. Por su parte, los gases se pueden evitar en gran parte poniendo en remojo las legumbres (ya de por sí flatulentas) así como cocinar muy bien las verduras, que al tener mucha fibra suelen fermentar provocando gases. En caso de tenerlos ya, es aconsejable pasear para facilitar el vaciado gástrico. El Dr. Eugenio Freire, cirujano digestivo de CMED, explica que para tener una buena digestión hay que tomar poca cantidad, comer despacio, evitar alimentos ácidos, picantes, muy condimentados y, por supuesto, no tumbarse nada más comer, si no salir a pasear.

Obesidad y enfermedades asociadas: alimentación y medicación para combatirlas
En los últimos tiempos han aparecido varios medicamentos que están indicados para pacientes con diabetes tipo 2 y obesidad asociada. Sin embargo, se han estado utilizando por todo tipo de personas con sobrepeso y obesidad con único objetivo de perder peso. El Dr. Gonzalo Guerra, director médico de CMED, explica que tienen que ser recetados siempre por un profesional que tiene que hacer un seguimiento del paciente, ya que son fármacos y no complementos nutricionales. Perder peso tiene que estar asociado a la práctica deportiva y a una dieta también controlada por un especialista. Una dieta rica en vegetales en no solo ayudará a tener un peso más saludable sino que ayudará a tener una microbiota más sana, ya que los vegetales son prebióticos. Pero hay que saber que los vegetales crudos, sobre todo las crucíferas, son flatulentos, por tanto, hay que ir acostumbrando al aparato digestivo poco a poco a digerirlos adecuadamente.