Si existe hinchazón después de comer y notas que te cuesta más de lo normal hacer la digestión, hay que buscar el porqué ocurre. Es un tema frecuente en las consultas de aparato digestivo y las principales causas son dispepsia funcional, infección por helicobacter pylori, tener reflujo gastroesofágico, enfermedad celíaca o piedras en la vesícula.

El síntoma más habitual que indica que se está teniendo una digestión lenta es la pesadez postpandrial, que es el enlentecimiento en el vaciado gástrico. Esto hace que los alimentos permanezcan más tiempo de lo normal en el estómago y aumente el ácido clorhídrico que utiliza el estómago para digerir los alimentos. Además, este hecho modifica la composición de la flora intestinal y la acumulación de gases, explica la Dra. Alicia Alonso, especialista en aparato digestivo de CMED.

Los principales factores que favorecen una digestión lenta son: no masticar bien, comer muy rápido y con prisa, realizar comidas copiosas y muy grasas (estamos hablando de cuando se hacen ingestas muy rápidas y en las que abunden fritos o platos muy pesados).

La Dra. Alonso explica que esta situación se puede aliviar con medidas higiénico-dietéticas, como masticar muy bien los alimentos (el estómago tiene que trabajar menos para realizar la digestión); comer despacio para evitar tragar mucho aire; hacer 5 comidas al día, de forma que la ingesta esté repartida y no se hagan comidas muy abundantes y evitar acostarse nada más comer, si no dejar pasar al menos 2 horas.

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