Un desayuno saludable debe incluir fruta enteras, una taza de café o té, un carbohidrato complejo, forma de pan o de cerales (mejor la avena), grasa saludable, como es el aguacate o el salmón y, por supuesto, proteínas, que pueden proceder de la leche,el yogurt o el huevo, entre otros alimentos.

Las proteínas tomadas en el desayuno aportan energía aportan saciedad y, por tanto, ayudan a controlar el apetito. El Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición de CMED, añade que también consigue que se mantengan altos los niveles de cortisol, favoreciendo que el metabolismo se mantenga en niveles altos. Pero, además, mantiene la masa muscular y el aumento de la concentración y la temperatura del cuerpo.

Las proteínas que se deben incluir en el desayuno no deben ser ricos en grasas. Hablamos del huevo (no frito), el salmón ahumado, el jamón de pavo y los lácteos desnatados. También existen proteínas vegetales, como las que aportan los frutos secos, como los pistachos, el tofu o las semillas.

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