La enfermedad de Crohn se engloba en un tipo de enfermedades digestivas llamadas Enfermedades Inflamtaorias Intestinales. Son un grupo de enfermedades autoinmunes en las que hay un gran componente inflamatorio, siendo el propio organismo el que "ataca" la mucosa del aparato digestivo.

La enfermedad de Crohn cursa con dolor abdominal, diarrea profusa con sangre y, en ocasiones también con moco y pus. Otros síntomas son distensión, gases, fiebre y malestar general.

El Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición de CMED, explica una parte importante de este tratamiento es la alimentación. Explica que la dieta de los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal deben ser una dieta antiinflamotoria. De esta forma, es aconsejable retirar alimentos que contengan gluten, lactosa, grasas saturadas, azúcares refinados y, por supuesto, los alimentos ultraprocesados.

Además, cuando hay un brote de diarrea también se deben eliminar los alimentos que contengan fibra y optar por una dieta astringente, a veces en forma de cremas o pures (arroz, pasta, patata cocida, membrillo, frutas en compota - manzana y pera- y té, además de aumentar el consumo de agua para evitar la deshidratación).

Por otra parte, las diarreas con presencia de sangre también pueden provocar anemia por la dificultad de absorber vitamina B12 y hierro, por lo que se debe incrementar la ingesta de alimentos con estos nutrientes y, si es necesario, dar suplementación.

Se debe seguir durante un periodo que va de los 3 a los 6 meses una dieta FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables), para posteriormente ir reintroduciendo alimentos ricos en fructosa (poco a poco), aunque debe ser, de por vida, baja en frutas y verduras. También se debe eliminar el alcohol, el picante, los alimentos ultraprocesados.