La cirugía de la obesidad es una intervención que se realiza a pacientes con obesidad mórbida (IMC superior a 40) o bien superior con un IMC superior a 35 pero que tienen asociadas otras patologías como son la diabetes, la hipertensión y altos niveles de colesterol y triglicéridos, entre otras enfermedades.

El Dr. Federico del Castillo, cirujano general y digestivo Responsable de la Unidad de Cirugía de la Obesidad de CMED, explica que los cambios tras una cirugía bariátrica son inmediatos para los pacientes.

Tras unas horas de la operación, el organismo empieza a realizar a una mejor gestión de la glucosa, la hipercolesterolemia y la presión arterial. Después, tras unas semanas, el paciente va controlando el apetito y la sensación de saciedad tras las comidas (las hormonas peptina y grelina le mandan una señal al cerebro de que no necesitan seguir comiendo).

Ya al mes, se puede ir empezando a practicar deporte de leve impacto y volver a su rutina habitual (siempre y cuando el trabajo tenga un gran componente de actividad física o suponga pasar muchas horas de piel), lo que aumenta la pérdida de peso, aumentando a su vez la autoestima de los pacientes.

A los seis meses aproximandamente, la pérdida alcanza los 20/25 kg, es decir, un 80% del exceso de peso. Además, hasta un 90% de los pacientes dejan de necesitar medicación para la diabetes y la hipertensión.

Por último, hay que destacar que desaparecen los problemas digestivos, los dolores articulares y mejora la autoestima, además de aumentar la tasa de embarazos.