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Vegetarianos, veganos, crudívoros y otras modas
Madrid 13/12/2018
Desde CMED hay que hablar de las últimas tendencias o “modas” en cuanto a alimentación se refiere Hoy vamos a hablar de las últimas tendencias que se están poniendo de moda en la alimentación. Hay que referirse a ellas con el término “moda” porque el vegetarianismo se inició en los años 60, nunca hasta este momento se había extendido tanto.
El vegetarianismo es una corriente de comportamiento alimentario en el que la persona que lo practica renuncia a comer todo tipo de animales (de tierra, mar o aire). Eso incluye todo tipo de pescados y mariscos y carnes rojas y blancas. El resto de productos alimenticios si son apropiados para consumir por parte del vegetariano. Es cierto que hay un gran consumo de vegetales, frutas, cereales y legumbres, pero también consumen productos derivados de los animales como lácteos en todas sus formas, huevos y los carbohidratos complejos derivados de los cereales (pasta, pan, galletas, repostería y arroz). Técnicamente se les denomina vegetarianos ovo-lácteo- farináceos. Esta forma de alimentación, bien llevada en las proporciones necesarias de cada nutriente, puede ser una práctica alimentaria totalmente sana, ya que cubren el aporte de proteínas con huevos, lácteos, legumbres, semillas y carbohidratos simples y complejos (cereales, verdura, fruta, harina y bajo consumo de grasas). No reciben muchas grasas insaturadas, presentes pescado, pero lo pueden suplir con aceite de oliva, frutos secos y semillas. Deben vigilar, eso sí, sus niveles de hierro y tener un alto consumo de vegetales verdes para evitar carencias. Si no abusan de los lácteos o los toman desgrasados es una alimentación que no sube el colesterol ni el ácido úrico. Pero deben controlar el consumo de azucares y harinas para no tener sobrepeso. Es una práctica totalmente aceptada por la ciencia y la sociedad.
Otra cosa es el veganismo. En este caso hablamos de un vegetarianismo extremo, en el que las personas que lo practican dejan de consumir animales y sus productos derivados (lácteos y los huevos). Hay también una variante más extrema en la que no se consume productos derivados de los cereales (pan, pasta, galletas, bizcochos y repostería). Sólo se alimentan de vegetales, frutas, legumbres, cereales naturales y semillas. En este caso se trata de una práctica insana y peligrosa para la salud, ya que suelen sufrir muchas carencias. Es casi imposible llegar a cubrir todas las necesidades nutricionales sólo consumiendo alimentos de origen vegetal. Suele ser, casi siempre, deficitaria en proteínas y algunas vitaminas y minerales, como la vitamina B12, que sólo se encuentra en carnes, pescado y sus derivados, y el hierro. Las personas que practican este tipo de alimentación deben saber qué alimentos contienen proteína vegetal y en qué proporción para poder cubrir las necesidades proteicas. Al igual que deben conocer la cantidad de consumo de vegetales suplir las necesidades de hierro. Sin embargo, en el caso de la vitamina B12 deben suplementarla con compuestos sintéticos, sino habrá un déficit de la misma con las consiguientes consecuencias en su salud.
Esta “tendencia” alimentaria, movida por una supuesta conciencia medioambiental que quiere evitar el sufrimiento de los animales, seguida, sobre todo, por jóvenes y adolescentes, supone, sin embargo, supone problemas de salud. Además, en la mayoría de los casos, no se consulta con un especialista, ya que éstos no le recomendarían su práctica. Las principales consecuencias son anemia, inmunodepresión (con el consiguiente aumento de infecciones), pérdida de masa muscular, osteopenia, debilidad e, incluso, alteraciones neurológicas.
Por último, hay que mencionar la corriente crudívora. En este caso, las personas que la practican suelen comer variado pero todo sin cocinar, incluidas carnes, legumbres, pescados, verduras y vegetales, además, por su puesto, de frutas. El argumento para seguir el crudivorismo es que los alimentos, al ser cocinados, pierden sus propiedades y sus nutrientes. Sin embargo, esto no es del todo cierto ya que, si se cocinan correctamente y el tiempo adecuado los alimentos tan sólo pierden entre un 20 y 30 % de su aporte nutricional. Además hay algunos alimentos que para absorber sus nutrientes deben cocinarse o el aparato digestivo no es capaz de asimilarlos (proteínas animales y algunas vitaminas), además de tener algunos compuestos naturales potencialmente tóxicos para la salud. Lo que se traduce en que pasado un tiempo aparezcan problemas digestivos y déficits nutricionales.
Desde CMED recomendamos alejarse de las “dietas” extremas y comer todo tipo de alimentos. En el caso de querer realizar alguna de estas prácticas de alimentación, lo primero es acudir a un especialista para evitar cualquier tipo de problema de salud.
Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas