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El agua, nutriente esencial

El agua, nutriente esencial

Madrid 09/01/2020

 

El agua, nutriente esencial 
El agua no sólo tiene la función de hidratar, además es un nutriente esencial para el cuerpo. De esta forma, entre el 48 y 53% del porcentaje de un adulto mayor de 50 años es agua. Por debajo de esta edad, incluidos, los niños, el porcentaje es menor, pero nunca menor del 40%. 
El agua también es fundamental para un correcto funcionamiento del organismo. Ayuda a la correcta actuación de las células y los tejidos. Por este motivo, si existe deshidratación es necesario corregirla, ya que si esta es grave (lo que puede ocurrir en casos de diarrea o gastroenteritis no controladas) puede afectar a órganos tan importantes como son el corazón y el riñón. 
El consumo de agua del adulto debe estar entre 2 y 2,5 litros al día. Esta agua puede proceder también de frutas y verduras, pueden proporcionar hasta el 30% del agua necesaria, y otras bebidas, como lecha, café, infusiones y los refrescos, al aportar entre un 20 y 30% del consumo de agua recomendado. Aun así, el 50% restante debe provenir de agua natural sin gas. 
Por el contrario, si se ingieren más de 3 litros de agua al día, más refrescos, zumos, leche, frutas y verduras, se puede llegar a sobrecargar riñón y corazón. Si además esta cantidad extra de agua no va acompañada de suficientes sales minerales (potasio y, especialmente, sodio) se puede llegar a sufrir una deshidratación hiponatrémica (cuando los niveles de sodio en sangre son anormalmente bajos). Si se toma demasiado sodio (normalmente por un consumo excesivo de sal, la cual está presente en la gran parte de alimentos ultraprocesados) se puede desencadenar una subida de la presión arterial (hipertensión). 
El consumo de agua tampoco debe limitarse a cuando se tiene sed, ya que ésta es señal de que el organismo ha empezado a deshidratarse. Se debe realizar una ingesta periódica y progresiva a lo largo del día, ya que una deshidratación leve puede provocar efectos negativos a nivel celular. 
Existen señales que indican que se está empezando a sufrir deshidratación, como es el caso de tener piel y mucosas secas, ojos hundidos, orina escasa y de color amarillo intenso. 
Existen colectivos que son más susceptibles de padecer deshidratación como son lactantes, niños y ancianos (no pueden verbalizar o no notan la sensación de sed). También es más habitual cuando hay altas temperaturas o se practica actividad física, ya que se elimina agua por la sudoración (por lo que el promedio de consumo de agua debe ser mayor).
Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas


El agua no sólo tiene la función de hidratar, además es un nutriente esencial para el cuerpo. De esta forma, entre el 48 y 53% del porcentaje de un adulto mayor de 50 años es agua. Por debajo de esta edad, incluidos, los niños, el porcentaje es menor, pero nunca menor del 40%. 


El agua también es fundamental para un correcto funcionamiento del organismo. Ayuda a la correcta actuación de las células y los tejidos. Por este motivo, si existe deshidratación es necesario corregirla, ya que si esta es grave (lo que puede ocurrir en casos de diarrea o gastroenteritis no controladas) puede afectar a órganos tan importantes como son el corazón y el riñón. 


El consumo de agua del adulto debe estar entre 2 y 2,5 litros al día. Esta agua puede proceder también de frutas y verduras, pueden proporcionar hasta el 30% del agua necesaria, y otras bebidas, como lecha, café, infusiones y los refrescos, al aportar entre un 20 y 30% del consumo de agua recomendado. Aun así, el 50% restante debe provenir de agua natural sin gas. 


Por el contrario, si se ingieren más de 3 litros de agua al día, más refrescos, zumos, leche, frutas y verduras, se puede llegar a sobrecargar riñón y corazón. Si además esta cantidad extra de agua no va acompañada de suficientes sales minerales (potasio y, especialmente, sodio) se puede llegar a sufrir una deshidratación hiponatrémica (cuando los niveles de sodio en sangre son anormalmente bajos). Si se toma demasiado sodio (normalmente por un consumo excesivo de sal, la cual está presente en la gran parte de alimentos ultraprocesados) se puede desencadenar una subida de la presión arterial (hipertensión). 


El consumo de agua tampoco debe limitarse a cuando se tiene sed, ya que ésta es señal de que el organismo ha empezado a deshidratarse. Se debe realizar una ingesta periódica y progresiva a lo largo del día, ya que una deshidratación leve puede provocar efectos negativos a nivel celular. 


Existen señales que indican que se está empezando a sufrir deshidratación, como es el caso de tener piel y mucosas secas, ojos hundidos, orina escasa y de color amarillo intenso


Existen colectivos que son más susceptibles de padecer deshidratación como son lactantes, niños y ancianos (no pueden verbalizar o no notan la sensación de sed). También es más habitual cuando hay altas temperaturas o se practica actividad física, ya que se elimina agua por la sudoración (por lo que el promedio de consumo de agua debe ser mayor).


Dr. Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas



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