Cada vez son más los estudios que están haciendo sobre la relación de dormir poco y mal hace que se cojan más kilos. Estos estudios vienen a demostrar que la falta de sueño altera muchos de los mecanismos naturales del cuerpo se alteren, entre ellos, la alimentación. 

Se ha demostrado que dormir menos de 6 horas produce una secreción excesiva de cortisol, la llamada hormona del estrés. Este hecho provoca que el metabolismo adopta la modalidad de ahorro, lo que se traduce en que en que el cuerpo queme menos calorías de lo norma. Además, un exceso de cortisol en nuestro organismo provoca que se acumulen más grasas de depósito como depósitos de energía, lo que se traduce en una ganancia de peso. 

Investigaciones han demostrado que personas con sobrepeso que están llevado a cabo tratamientos de alimentación para adelgazar, perdían menos pesos que otras que estaban en la misma situación pero que dormían más de 6 horas diarias. La diferencia de peso es significativa: un 30% más de pérdida de peso. 

Un estudio publicado recientemente demuestra que al dormir pocas horas o con un sueño fragmentado y poco reparador, al día siguiente tenían más apetencia por ingerir alimentos más energéticos y ricos en grasa y azúcares, lo que hace que se engorde más. El porqué ocurre esto lo encontramos en el cerebro. Se producen cambios físicos en él que hacen que predominen los olores  de comida hipercalórica frente a alimentos sanos y equilibrados, Además, se producen cambios en el sistema regulador de la ingesta y selección de alimentos adecuados en una zona del cerebro llamada ínsula. Este regulador se desconecta, haciendo que se opte por ingerir alimentos con un índice calórico más alto de lo habitual. Lo que hace que se cojan kilos de más. 

Por otra parte, una mala higiene del sueño hace que se está más cansado, menos alerta, más irritable y con unos niveles de ansiedad más altos. Si se canaliza la ansiedad hacia la comida, se optará por alimentos dulces, ricos en carbohidratos complejos y grasos, que calman esa ansiedad, pero solo de forma momentánea. De hecho, hay bastantes pacientes con sobrepeso y obesidad asociados a una ingesta desordenada debido a la ansiedad más a que malos hábitos alimenticios. 

Hay que reseñar, que hay personas que por falta de sueño y estar más cansados durante el día tienen un mayor peso. Uno de los motivos es que el agotamiento hace que se prescinda del ejercicio físico, lo que se traduce en un menor gasto energético y mayor probabilidad de coger peso. 

En definitiva, hay que destacar que un mal sueño interfiere en un mal funcionamiento de los sistemas corporales. Esto provoca un proceso de estrés oxidativo interno y una manifestación de ansiedad externa que a la larga hace que la salud empeore (aumento del riesgo cardiovascular y elevación de la tensión arterial). Por lo para tener una mejor salud, hay que cuidar lo que se come, se bebe y se duerme. 

Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas