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¿Cómo debe ser la alimentación durante los periodos vacacionales?
Madrid 10/04/2019
La tradición española tiene por costumbre celebrar cualquier evento, acto e, incluso, los periodos de descanso laboral alrededor de una mesa. Mesa rica, en la gran mayoría de los casos, en alimentos muy calóricos regada y con bebidas alcohólicas. Se podría decir que cuando se está de vacaciones o hay que celebrar algo, también “se está devacaciones” de una dieta sana y equilibrada.
Las vacaciones deberían ser en primer lugar para poder descansar y dormir más y mejor que en el ajetreado día a día (sobre todo en las grandes ciudades). Además, son momentos en los que se puede aprovechar para pasar más tiempo con familia y amigos, para viajar y conocer nuevos destinos pero también para cuidarnos y practicar más actividades físicas al aire libre. Caminar rápido, pequeñas carreras, montar en bicicleta o nadar son ejercicios que pueden ayudar a “compensar” lo que se hace alrededor de una mesa.
Como las tradiciones son difíciles de cambiar, en esos momentos en los que hay encuentros con amigos, familia o seres queridos debemos aprovecharlos para comer de otra forma y otras cosas diferentes a las habituales, pero sin necesidad de que estén cargadas de azúcares, grasas y alcohol.
De esta forma, si se va a zonas costeras, se podría optar con un mayor consumo de pescado. Pescado que es fresco y que se puede preparar de forma que no engorde, como puede ser a la parrilla (en vez de en fritura). Si se opta por zonas en las que hay buena tradición de frutas y verduras, incluirlas en la dieta será un modo de tomarlas frescas, de mayor calidad y, además, quizá hasta a un precio más económico.
En cuanto al postre, se puede seguir comiendo pero mejor si se eligen las versiones menos calóricas. Por ejemplo, se puede tomar una torrija hecha al horno con leche desnatada y edulcorada con miel o panela. Sigue manteniendo la esencia pero es mucho más sana y equilibrada.
Si nos referimos al alcohol, se pueden sustituir cerveza y bebidas de alta graduación alcohólica por vino solo o rebajado con gaseosa (no tiene calorías).
Todo esto no quiere decir que las vacaciones sean consideradas como un periodo para “estar a plan”, sino como un periodo en el que salimos de la rutina alimentaria del resto del año pero sin que se convierta en un pretexto para excedernos en cuanto a comida y bebida se refiere. Se puede tomar una paella, por ejemplo, regada con un vino, pero si se va a estar una semana entera de vacaciones no se deben hacer “regalos culinarios” a todas horas, si no también tomar comidas sanas y equilibradas, que también pueden ser exquisitas al paladar, como una merluza fresca al horno con una menestra de verduras de temporada o un espeto de sardinas acompañado de patatas asadas.
En resumen: las vacaciones deben ser un periodo de descanso, de reencuentros, de conocer sitios nuevos y disfrutar de la gastronomía local, pero siempre sin excederse y, mucho mejor, si también se practican actividades físicas al aire libre (si el tiempo acompaña). Actividades, que por otra parte, pueden convertirse en un vehículo para conocer más a fondo el lugar de destino: rutas en bicicleta, a caballo, senderismo, etc.
Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas