Los alimentos bio o ecológicos son aquellos en cuya obtención, procesamiento, conservación o cultivo no se han empleado pesticidas y herbicidas, no se han añadido aditivos alimentarios (o los llevan en dosis muy reducidas y controladas) y se han obtenido por métodos naturales. Estos alimentos están cada vez más presentes en mercados o supermercados y constituyen una alternativa de alimentación más saludable. Estos productos, son a su vez, más caros en general. 

En Europa y en España, los alimentos ecológicos están muy regulados y cumplen unas estrictas normas en cuanto al origen del alimento y los procesos empleados en su producción, envasado y comercialización. Si se cumplen estos requisitos, se emite una etiqueta de producto “BIO” avalada por la Unión Europea. 

Aunque se han hecho estudios para evaluar el impacto para la salud de consumir estos productos frente a otros más industriales y no se han observados conclusiones muy relevantes frente al impacto positivo de optar por el consumo de productos ecológicos, hay que reseñar que los productos ecológicos no tienen un proceso industrial como los tradicionales, los que les confiere la propiedad de ser más sano.

Cuando se habla de frutas, verduras, hortalizas y legumbres ecológicas, en el cultivo de estos apenas se han empleados pesticidas y herbicidas, sustancias que se quedan en el interior de la fruta y verdura. 

En el caso de la carne, ya sea de vacuno, bovino o de aves, los animales se han criado y alimentado con productos más naturales que los piensos empleados comúnmente. Los animales permanecen en el campo con mayor libertad y con menos experiencias estresantes. Por otra parte, no se les suministra antibióticos en grandes dosis de manera preventiva (por el contrario de los animales para consumo masivo). Esto hace que los animales crezcan más sanos, acumulen menos grasa y no tengan restos ni de los antibióticos ni de hormonas utilizadas habitualmente para la cría y engorde en las exploraciones masivas. 

En cuanto a los pescados y conservas, los denominados “BIO” son pescados de manera tradicional en vez de en piscifactorías. Además, los pescados azules no contienen ni grasas ni elevadas cantidades de metales pesados, como el mercurio. La ingesta periódica de determinados dosis de mercurio es acumulativa y produce daños a la salud. 

Los cereales ecológicos como el trigo, cebada, centeno o maíz son cultivados sin herbicidas ni pesticidas. Los derivados como el pan, pastelería o pasta, producidos con materia prima ecológica son muchos más sanos. El azúcar de caña ecológico, apenas refinado, tiene menos capacidad diabetogénica. 

A pesar de que los estudios realizados hasta el momento no son concluyentes, lo que sí se ha detectado son alergias a aditivos alimentarios debido a una sobreexposición a ellos. Por lo que si se comen productos ecológicos, aunque sean más caros, se está realizando una inversión en salud. 

Dr. Domingo Carrera Morán, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas